jueves, 1 de diciembre de 2011

Eres como despertarse un día de cada día, y saber que aún te quedan dos horas para levantarte. Como escuchar tu canción favorita por la radio. Eres la primera gota de un domingo lluvioso, como un café hirviendo en una noche de invierno, y un helado en pleno enero. Eres como los últimos rayos de sol, como encontrarte a un desconocido en el metro y que te sonría. Eres como estar sentada en esa estación y que aparezca él, como ver dos abuelos paseando de la mano, como un niño pequeño con un caramelo. Como un pastel recién hecho, como el chocolate desecho. Como los regalos debajo de un árbol, como un beso de esos en el metro, como un paseo por la playa de noche, y un libro por estrenar. Soñar despierta, escalofríos a media noche, que te despiertes con un “buenos días, princesa” y tostadas recién hechas. Como sentir las olas mojando tus pies, y un abrazo de esos que te dejan sin aliento. Como alguno de esos pequeños grandes detalles que hacen que todo esto merezca la pena.

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