jueves, 23 de agosto de 2012


Perdí alegria, y tambien perdí inocencia, refugiándome en los libros me sirvió para entender que a mucha gente no le importa la miseria, que solamente les interesa el poder. Perdí la fe en la democracia cuando ya no me dio gracia ver que manejan los hilos de la nación los que tienen un dolar como corazón.

Perdí tiempo y dinero perdí el celo, perdí el fuego perdí el vuelo, perdí el arte de soñar, algunas noches pierdo un recuerdo, pierdo la cuenta ya de todo lo que pierdo. Pierdo la voz de la conciencia entonces quedo hablando solo me pierdo de polo a polo en encontrar alguien con quien poder reir, poder llorar.

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